LOVE YOURSELF


Mi madre, que es una persona muy sabia, ha sido siempre uno de los referentes más importantes e imprescindibles en mi vida. Es una persona fuerte, valiente, decidida y resolutiva (además de amorosa a más no poder). Si tú le planteas un conflicto o un problema, ella te ofrece diez soluciones, para que elijas la que mejor se adapte a ti.

Entre los muchos consejos que me ha dado a lo largo de todos estos años, resuena siempre el de: "Hija, sé buena, pero no tonta".

Debo confesar que a menudo peco de no saber dónde está la línea que separa una cosa de la otra, por lo que me siento más tonta que buena y no al contrario.

Sin embargo, no me pesa, ni me cansa, ni me arrepiento de ello. Soy lo que soy y como soy, mi esencia no puede moldearse y no estoy dispuesta a ir por la vida con aquello de "piensa mal y acertarás". Además, siempre he sentido que cuando alguien me falla el problema es de ese individuo, no mío.

Lo que sí que me duele es la actitud de algunas personas, que creen justo tomar lo que les das, como si les perteneciera por derecho, para luego pisotearlo y menospreciarte. Y lo que sí que me agota es ser tan "asquerosamente correcta" como para, dado el caso, simplemente ignorar a esos sujetos y pasar a otra cosa dejándolos en su ignorancia.

No puedo cambiar mi naturaleza, ni tampoco lo deseo, pero a base de diferentes vivencias y experiencias, he llegado a las siguientes conclusiones:

1) No todo el mundo merece recibir lo que tenemos para dar;

2) Pensar única y exclusivamente en uno mismo de vez en cuando, no debería convertirnos en personas egoístas o desconsideradas, sino más bien en supervivientes, con derecho a otorgarnos a nosotros mismos lo que necesitamos y merecemos, en lugar de esperar a que alguien más lo haga.

He dicho!

(Reflexión aleatoria de un día cualquiera a las 19:54h)

ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO