ME GUSTA LA GENTE (PERO NO TODA)


Me gusta la gente que escucha, en lugar de limitarse a oír.

Me gusta la gente que habla, en lugar de gritar.

Me gusta la gente que razona, en lugar de desvariar.

Me gusta la gente dispuesta a aprender y dispuesta también a enseñar.

Me gustan las largas conversaciones, donde se filosofa, se discierne, se profundiza, se exponen diferentes puntos de vista, respetando siempre la opinión de los demás.

Me encanta quien me enriquece, quien me ayuda a crecer compartiendo su óptica cuando es diferente a la mía y se abre de igual manera, mostrando interés por lo que yo desee contar.

Y adoro a quien hace todo esto con dos únicas pretensiones:

1)  Expresar su opinión libre y abiertamente, por el puro placer de compartir, no de convencer y desde la tranquilidad que ofrece saber que tu interlocutor, ni te juzga ni te censura (coincida o no con tu punto de vista).

2) Escuchar con la mente abierta, dispuesto a disfrutar y lucrarse a su vez, de lo que los demás le puedan aportar.

Me encantan las personas que saben que no son mejores que nadie y que nadie es mejor que ellos.


(Reflexión, en voz alta, de un día cualquiera)

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